domingo, 3 de mayo de 2009

Machina (II): La Clase Obrera.


Cuando se pierde la motivación, se empieza a acudir al laboratorio maquinalmente, cumpliendo horarios estrictos (es-tric-tos) y siendo eficiente, productivo, pero no ya creativo.

Insecto Obrero, obedezco a los latidos no ya de mis impulsos sino a los de las esferas blancas en la pared del fondo. Son mis ocho horas de autómata, de maniquí.

Y es tan suave el rumor de la colmena que me sincronizo con el resto de animales mercantes, que el tiempo fluye a través de mis alas como si de veras no doliera; todos los dientes encajando en sus engranajes, la colmena sobreviviendo sin distorsión apartente en su mecánica de Ser monstruoso sin objeto cuando en realidad todo se pudre desde las vísceras.

But you know, we're getting better.


(Imagen: La Balsa de la medusa, Gericault, 1819)

2 comentarios:

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  2. Lo siento mucho, pero t'u nunca ser'as un aut'omata y, por supuesto, nunca dejar'as de ser creativo. Tu mundo interior es muy grande y rebosa historias por las esquinas. Baldea vida en los portales.

    Las m'aquinas somos otros, aquellos que nos engranamos al tiempo y un d'ia quisimos vivir s'olo de impulsos y ahora vivimos de la decadencia.

    pd: Tienes que contarme la historia de la balsa de la medusa...

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