martes, 12 de mayo de 2009

Deja que pasemos sin miedo (II)

Queridos: cuanto antes caigamos en la cuenta (aunque sea de la mano de alguien, aunque en ese caso ya se sabe) de que en un mundo tan real como éste, los imaginarios somos nosotros (y no al revés, como creen algunos solpsistas), menos nos dolerá el no haber sido inventados inmortales.

Hecha la anterior afirmación, la única posibilidad es lanzar las cometas a volar, y reír todos juntos con la Gran Broma.

Saludos ofuscados.

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