Puestos a sobrevivir imbecilidades, mejor postular absurdos: que una llamada sea un ramo de flores estallando en la cara, que un correo electrónico sirva como derecho de ciudad en vez de fuente de irritación...así, las auténticas sensaciones de irrealidad se conviertan en lucidez extrema, en instantes de entrevisión de un centro a través del marco de una puerta entrecerrada, de una esperanza de locos en pijama.
miércoles, 29 de julio de 2009
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